martes, 28 de febrero de 2012

Edgar Allan Poe



Annabel Lee


It was many and many a year ago,
In a kingdom by the sea,
That a maiden there lived whom you may know
By the name of ANNABEL LEE;
And this maiden she lived with no other thought
Than to love and be loved by me.

I was a child and she was a child,
In this kingdom by the sea;
But we loved with a love that was more than love-
I and my Annabel Lee;
With a love that the winged seraphs of heaven
Coveted her and me.

And this was the reason that, long ago,
In this kingdom by the sea,
A wind blew out of a cloud, chilling
My beautiful Annabel Lee;
So that her highborn kinsman came
And bore her away from me,
To shut her up in a sepulchre
In this kingdom by the sea.

The angels, not half so happy in heaven,
Went envying her and me-
Yes!- that was the reason (as all men know,
In this kingdom by the sea)
That the wind came out of the cloud by night,
Chilling and killing my Annabel Lee.

But our love it was stronger by far than the love
Of those who were older than we-
Of many far wiser than we-
And neither the angels in heaven above,
Nor the demons down under the sea,
Can ever dissever my soul from the soul
Of the beautiful Annabel Lee.

For the moon never beams without bringing me dreams
Of the beautiful Annabel Lee;
And the stars never rise but I feel the bright eyes
Of the beautiful Annabel Lee;
And so, all the night-tide, I lie down by the side
Of my darling- my darling- my life and my bride,
In the sepulchre there by the sea,
In her tomb by the sounding sea. 


Annabel Lee
Hace muchos, muchos años,
en un reino junto al mar,
vivía una doncella
cuyo nombre era Annabel Lee;
y vivía esta doncella sin otro pensamiento
que amarme y ser amada por mí.

Yo era un niño, una niña ella,
en ese reino junto al mar,
pero nos queríamos con un amor que era más que amor,
yo y mi Annabel Lee,
con un amor que los serafines del cielo
nos envidiaban a ella y a mí.
Tal fue esa la razón de que hace muchos años,
en ese reino junto al mar,
soplara de pronto un viento, helando
a mi hermosa Annabel Lee.
Sus deudos de alto linaje vinieron
y se la llevaron apartándola de mí,
para encerrarla en una tumba
en ese reino junto al mar.
Los ángeles, que no eran ni con mucho tan felices en el Cielo,
nos venían envidiando a ella y a mí…
Sí: tal fue la razón (como todos saben
en ese reino junto al mar)
de que soplara un viento nocturno
congelando y matando a mi Annabel Lee.

Pero nuestro amor era mucho más fuerte
que el amor de nuestros mayores,
de muchos que eran más sabios que nosotros,
y ni los ángeles arriba en el Cielo,
ni los demonios abajo en lo hondo del mar,
pudieron jamás separar mi alma
del alma de la hermosa Annabel Lee.
Pues la luna jamás brilla sin traerme sueños
de la bella Annabel Lee;
ni las estrellas se levantan sin que yo sienta los ojos luminosos
de la bella Annabel Lee.
Así, durante toda la marea de la noche, yazgo al lado
de mi adorada -mi querida- mi vida y mi prometida,
en su tumba junto al mar,

en su tumba que se eleva a las orillas del mar.

lunes, 27 de febrero de 2012

Charles Baudelaire

    El vampiro

      Tú que, como una cuchillada;
      Entraste en mi dolorido corazón.
      Tú que, como un repugnante tropel
      De demonios, viniste loca y adornada,

      Para hacer de mi espíritu humillado
      Tu lecho y tu dominio.
      ¡Infame a quien estoy ligado
      Como el forzado a su cadena!,
      Como al juego el jugador empedernido,
      Como el borracho a la botella,
      Como a la carroña los gusanos.
      -¡Maldita, maldita seas tú!

      Supliqué a la rápida espada
      Que conquistara mi libertad
      Y supliqué al pérfido veneno
      Que sacudiera mi ruindad.
      ¡Ay!, el veneno y la espada.
      Me desdeñaron diciéndome:
      -No eres digno de que se te libere
      De tu esclavitud maldita.
      -¡Imbécil! -Si de su dominio
      Te libraron nuestros esfuerzos,
      Tus besos resucitarían
      El cadáver de tu vampiro.

Joan Salvat Papasseit


Sota el meu llavi el seu


Sota el meu llavi el seu, com el foc i la brasa, 
la seda dels seus rulls com el pecat més dolç 
-i l'espatlla ben nua 
   ben blanca 

l'ombra corba 
  incitant 
   de l'esguard: 

encara un altre bes 
   un altre 
    un altre 

-quin perfum de magnòlia el seu pit odorant!  

jueves, 23 de febrero de 2012

Arthur Rimbaud

Sensación

Iré, cuando la tarde cante, azul, en verano,
herido por el trigo, a pisar la pradera;
soñador, sentiré su frescor en mis plantas
y dejaré que el viento me bañe la cabeza.

Sin hablar, sin pensar, iré por los senderos:
pero el amor sin límites me crecerá en el alma.
Me iré lejos, dichoso, como con una chica,
por los campos , tan lejos como el gitano vaga.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Rejas y estrellas


Bienvenidos a este colorido lugar
de regocijo y alborozo,
donde todo el mundo vive
en perfecta y dulce armonía,
y allí la vida rebosa de alegría.

Todos y cada uno de los habitantes
de aquel maravilloso país,
se regodean en su profundo éxtasis,
al bregar en trabajos gratificantes
y vivir en casas y barrios impresionantes.

Ay, que incautos somos,
nada más lejos de la verdad
que la opinión
de los medios de comunicación.

Contándonos ese fantástico cuento de hadas,
solo pretenden que adoptemos
su virtuosa “cultura”,
y dejemos a un lado la nuestra,
y así ellos poder establecer su propia era.

Nos imponen perspicazmente,
sus ideales de vida
casi sin que nos enteremos,
un buen coche, no, compremos el mejor!
Y en medio del salón un enorme televisor!

Poco a poco, lo vamos asimilando
y seguimos buscando la manera
de asemejarnos más a ellos,
y así poder ser más felices,
más felices? Y una mierda.

No podemos olvidar,
que los mismos que esta cultura
nos quieren inculcar,
entran en otros países a arrasar
cuando sus reservas de petróleo empiezan a bajar.

Pero, como son los defensores
de la “libertad” y del patriotismo,
se creen con derecho
a inmiscuirse en ajenos conflictos
y así implantar sus presidentes convictos.

Pues que escuchen mi clamor:
¡Se quebrará la tierra
arderán las banderas,
y reinará la anarquía,
antes de que me dominen esa panda de narcisistas!
   



martes, 21 de febrero de 2012

José de Espronceda


La canción del pirata

Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín.
Bajel pirata que llaman,
por su bravura, El Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín.

La luna en el mar riela
en la lona gime el viento,
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;
y va el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,
y allá a su frente Istambul:

Navega, velero mío
sin temor,
que ni enemigo navío
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.

Veinte presas
hemos hecho
a despecho
del inglés
y han rendido
sus pendones
cien naciones
a mis pies.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

Allá; muevan feroz guerra
ciegos reyes
por un palmo más de tierra;
que yo aquí; tengo por mío
cuanto abarca el mar bravío,
a quien nadie impuso leyes.

Y no hay playa,
sea cualquiera,
ni bandera
de esplendor,
que no sienta
mi derecho
y dé pechos mi valor.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

A la voz de "¡barco viene!"
es de ver
cómo vira y se previene
a todo trapo a escapar;
que yo soy el rey del mar,
y mi furia es de temer.

En las presas
yo divido
lo cogido
por igual;
sólo quiero
por riqueza
la belleza
sin rival.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

¡Sentenciado estoy a muerte!
Yo me río
no me abandone la suerte,
y al mismo que me condena,
colgaré de alguna antena,
quizá; en su propio navío
Y si caigo,
¿qué es la vida?
Por perdida
ya la di,
cuando el yugo
del esclavo,
como un bravo,
sacudí.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

Son mi música mejor
aquilones,
el estrépito y temblor
de los cables sacudidos,
del negro mar los bramidos
y el rugir de mis cañones.

Y del trueno
al son violento,
y del viento
al rebramar,
yo me duermo
sosegado,
arrullado
por el mar.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.



domingo, 19 de febrero de 2012

Bertolt Brecht


"Primero se llevaron a los judíos, pero como yo no era judío, no me importó. Después se llevaron a los comunistas, pero como yo no era comunista, tampoco me importó. Luego se llevaron a los obreros, pero como yo no era obrero tampoco me importó. Más tarde se llevaron a los intelectuales, pero como yo no era intelectual, tampoco me importó. Después siguieron con los curas, pero como yo no era cura, tampoco me importó. Ahora vienen a por mí, pero ya es demasiado tarde."

Aceituneros - Miguel Hernández


Andaluces de Jaén, 
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién,
quién levantó los olivos?
No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.
Unidos al agua pura
y a los planetas unidos,
los tres dieron la hermosura
de los troncos retorcidos.
Levántate, olivo cano,
dijeron al pie del viento.
Y el olivo alzó una mano
poderosa de cimiento.
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién
amamantó los olivos?
Vuestra sangre, vuestra vida,
no la del explotador
que se enriqueció en la herida
generosa del sudor.
No la del terrateniente
que os sepultó en la pobreza,
que os pisoteó la frente,
que os redujo la cabeza.
Árboles que vuestro afán
consagró al centro del día
eran principio de un pan
que sólo el otro comía.
¡Cuántos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos,
sol a sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos!
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
pregunta mi alma: ¿de quién,
de quién son estos olivos?
Jaén, levántate brava
sobre tus piedras lunares,
no vayas a ser esclava
con todos tus olivares.
Dentro de la claridad
del aceite y sus aromas,
indican tu libertad
la libertad de tus lomas
.

El Sueño


Un día soñé,
soñé que tenia alas,
alas de seda y terciopelo,
que me hacían llegar al cielo
con un ligero y grácil movimiento.

Con un tenue canto,
la brisa me silbaba,
me acariciaba el cabello,
y me hacía sentir parte del viento,
mientras contemplaba uno de los paisajes más bellos.

Poco a poco,
mientras ascendía,
las nubes intentaba coger,
eran tan resbaladizas que escapaban a mi poder,
y como no pude lancé un suspiro y empezó llover.

Cuando al fin,
me encontraba ante los astros,
contemplé, de los planetas su magnificencia,
del Sol, como ardía con violencia,
y de la bella Luna su ausencia.

Donde está?
Donde está la Luna?
me preguntaba sin sosiego,
mientras los planetas se movían olvidando el tiempo
y el Sol se escondía dejándome frío como el hielo.

De pronto desperté,
con un movimiento brusco,
pues la ocasión de abrazar la Luna había perdido,
y mi respiración entrecortada y mis débiles latidos
me hacían sentir que sin sueños todo en mí estaba vacío.

Oda a la cerveza

Delicada, como una frágil florecilla
sugerente, como una mujer encendida
se desliza lentamente,
esta deidad dorada,
por mi garganta extasiada.

Con una volátil espuma 
y semblante a la miel,
pero no dulce sino amarga
beberla fría como el hielo,
es un placer digno del cielo.

Jugo de reyes y nobles,
pero también,
de trabajadores y pobres,
deleita a todos quienes la beben,
haciendo sentir la vida en sus mentes.

Trigo, lúpulo, cebada, 
agua, malta,
son los que dan 
forma y alma
a esta queridísima dama.

Hija de antiquísimas culturas,
que con mimo y afán,
bebieron y veneraron
esta dichosa bebida 
que ha alegrado todos nuestros días.

Recuerda siempre, amigo mío 
este fiel consejo,
que ya sea solo, 
con los amigos o tú pareja,
nunca puede faltar una buena cerveza.